“El hombre está hecho de un cuerpo y un espíritu que es por definición brillante.
Es el cuerpo el que eclipsa el espíritu.
El Aikido desempolva el cuerpo"
Senseí Morihei Ueshiba, Fundador del Aíkído
Es el cuerpo el que eclipsa el espíritu.
El Aikido desempolva el cuerpo"
Senseí Morihei Ueshiba, Fundador del Aíkído
El origen del Aikido representa el fin de las Artes Marciales de los antiguos Samurai, en donde Predominaba el aspecto Jutsu (combate, guerra, vida ó muerte).
El cambio introducido por el Maestro Japonés, Ueshiba, fue precisamente el de no Luchar y buscar la unidad del cuerpo con la mente y el espíritu. Buscar la armonía interiora través de la práctica diaria del Aikido en el Dojo, en donde el entrenamiento debe estar dirigido a enfrentar al practicante con el propio ego personal, a fin de transformarlo día a día. Por ello las técnicas buscan la unión con el compañero y, en un plano más amplio, con la sociedad. Es la autorrealización del ser.
Este nuevo enfoque aportado por el Fundador del Aikido, hizo que se concibieran las artes Marciales como "Una filosofía de la vida".No es, entonces, una mera teoría, mucho menos una Religión. En efecto, decía el Maestro:
“Practicadlo y percibirás el gran poder de la unidad con la naturaleza, pues su esencia es el eco mutuo de la resonancia del cuerpo y la resonancia del universo".
En otros términos, es la práctica lo que lleva a la comprensión, no las palabras. De ahí por qué la exigencia de concentración y disciplina requerida en el dojo, para que luego se vivencien en la vida diaria. Es ésta su coherencia y lo que hace que el Aikido alcance la categoría de una educación de la conducta en armonía con toda la naturaleza. Su fundador entendió que la verdadera lucha en la vida es la de vencer la mediocridad, la ambición y la autosuficiencia que impiden que aflore a plenitud nuestro potencial. O Sensei llegó a creer que las artes marciales debían utilizarse para eliminar del carácter de cada practicante estas manifestaciones indeseables y lograr, finalmente, el control de sí mismo, físico y mental.
Dentro de este contexto, se entiende a Lao Tse, cuando enseñaba:
“Comprender a los demás es sabio, comprenderse uno mismo es estar iluminado. El que vence a los otros es fuerte, pero el que se vence así mismo es poderoso".
Representa entonces el Aikido como un proceso psicológico de crecimiento, de expansión de Conciencia y de construcción de la propia personalidad, en armonía con principios y leyes universales, pues la vía del Budo, como lo enseñara el mismo Maestro, es:
"hacer del corazón del universo nuestro Propio corazón, en tanto que es la protección amorosa de todos los seres con un espíritu de reconciliación, lo que significa permitir la consumación de la misión de cada uno".
Por eso decía Ueshiba que" vencer quiere decir triunfar sobre el espíritu de desacuerdo que se anida en cada uno de nosotros". Es por esto que el Aikido es el arte de la paz
Y esta se construye, primero en el corazón, en la mente y el espíritu del practicante, para ser irradiada luego en la vida de relación. Para ello el Aikido propone una metodología insuperable a través del movimiento, traducido en las técnicas que se practican psicológicamente hablado, catártico, pues sólo cuando el cuerpo se mueve de manera natural la mente queda libre de las tensiones, que limitan la capacidad de percepción
Al respecto, enseña Mitsugi Saotome, connotado discípulo de Sensei "...La mente se vuelve límpida y surgen imágenes extrañas que no hay que intentar combatir o fijar. Al contrario, deben fluir con libertad, en este momento durante una fracción de segundos, libres de las ilusiones del ego, se conoce la realidad del instante presente y se produce la unificación con el espíritu divino. No debe buscarse el satori sino quedar vació, transparente y fundido con el espacio. Oportunamente esta practica sirve para purificar y enriquecer la función del Ki, la fuerza de la energía vital”
Y prosigue:
“El objetivo del entrenamiento no es desarrollar un ki poderoso. Poseer un Ki fuerte no significa poseer un Ki bueno. La pureza es la cualidad esencial que ha de buscarse. La pureza del vacío permite que el universo penetre en el hombre. Es el espejo que devuelve la imagen de todo lo que nos rodea sin que intervenga el ego. En aikido el Ki es una energía pura y espontánea que ha sido mancillada por el razonamiento Un Ki positivo genera una energía armoniosa y noble, digna de un caballero"
Saotome, Mitzugi, O la armonía de la naturaleza. Biblioteca de la Salud, Ed Kairos, Barcelona, 1996, pag 190.
No hay comentarios:
Publicar un comentario